Las semanas cotizadas son clave como un factor para calcular la pensión por vejez cuando los trabajadores se retiren. ¿Las propuestas de reforma a la ley afectarán a los trabajadores?
En el próximo mes de septiembre, será discutida en la Cámara de Diputados la propuesta para reformar la Ley Federal del Trabajo con el objetivo de reducir la jornada laboral en México de 48 a 40 horas semanales.
Como ya hemos comentado anteriormente en este espacio, el tema ha generado muchas dudas respecto a su operación y cómo afectará o beneficiará a los trabajadores.
Una de las dudas al respecto es qué pasará con las semanas cotizadas ante el IMSS si la reforma a la Ley Federal del Trabajo se aprueba y las horas laborales se reducen. Por ahora, las semanas que son reconocidas para que se otorguen las prestaciones se obtienen al dividir entre 7 los días de cotización acumulados.
Actualmente, existen 2 modalidades mediante las que los trabajadores pueden pensionarse: el régimen de la Ley del Seguro Social de 1973, en el que se requiere haber cotizado al menos 500 semanas (10 años ante el IMSS) para obtener la pensión por vejez, o la Ley del Seguro Social de 1997, en la que se deben acreditar 1,250 semanas (25 años de trabajo formal), para acceder al mismo beneficio.
Y entonces, ¿qué pasará con las semanas cotizadas ante el IMSS?
La propuesta fue aprobada en la Comisión de Puntos Constitucionales para reformar la fracción IV del Apartado A del artículo 123 de la Constitución Política en materia de día de descanso laboral, con lo que quedaría establecido que por cada 5 días de trabajo, los empleados deberán disfrutar de 2 días de descanso, por lo menos.
Por ello, aunque se modifique el régimen constitucional laboral de descanso semanal (que tiene más de un siglo sin cambios) las semanas cotizadas NO se verían afectadas. La finalidad de la propuesta para la reducción de la jornada laboral es mantener la salud física y mental de los trabajadores, propiciando un equilibrio entre tiempo de trabajo y tiempo de descanso para beneficio en los ámbitos familiar, social, fisiológico, educativo y cultural de las personas. Es decir, no hay implicaciones de carácter presupuestario.
Si se aprueba la reducción de la jornada de 48 a 40 horas semanales, los trabajadores podrán recuperar el desgaste físico e intelectual, gozarán de la posibilidad de una mayor convivencia con la familia y se disminuirá la incidencia en enfermedades como alcoholismo, depresión, irritabilidad, intolerancia, ansiedad y otras alteraciones emocionales, mejorando los hábitos de vida sin que se modifiquen las semanas cotizadas ante el IMSS.
El tema sigue generando controversia. Hay sectores que están buscando que no sea aprobada la modificación a la jornada laboral. En GN3 estamos haciendo un seguimiento puntual de este asunto para, como siempre, mantenerte actualizado y brindarte el apoyo que necesites en temas relacionados con la nómina y los recursos humanos.
Seguiremos informando.
